La Alianza Social Indígena surge con nombre propio en Junio 1991, en la primera Asamblea reunida en la comunidad lndígena de Yaguara, Municipio de Chaparral al Sur del Tolima. Allí asisten los líderes indígenas y no Indígenas que desde 1969 venían trabajando en el impulso al movimiento indígena especialmente en el Cauca, Tolima y Antioquia, participaron además dirigentes del movimiento campesino del Cauca y líderes urbanos de los barrios en reconstrucción después del terremoto de Popayán. Además en Bogotá y en otras ciudades como Medellín e Ibagué se tenían ya relaciones con otros sectores populares, especialmente con las comunas y a raíz de la avalancha producida por la erupción del Nevado del Ruíz en Armero Tolima. Todos estos dirigentes tenían un común denominador: el Impulso a los movimientos sociales desde la perspectiva de la importancia étnica, cultural y regional, teniendo como condición la construcción de organización desde la base mediante el proceso de aplicación de elementos teóricos a la práctica social inmediata. Elementos teóricos que debían ser elaborados con base en el legado histórico: socioeconómico, político y cultural de las comunidades asi fuesen indígenas, campesinas o urbanas, organizaciones sindicales o movimientos sociales. Pero éste proceso no era posible sin la participación decidida de los sectores e intelectuales y de instituciones religiosas y del Estado que eran partidarias de un cambio estructural en el país. La Alianza no surge por generación espontánea y sin ningún antecedente. En efecto: desde 1969 varios de los dirigentes, indígenas y no indígenas, adquieren la experiencia decisiva al impulsar desde el cauca en febrero de 1.971 el Consejo o Regional Indígena del Cauca, CRIC cuya base principal eran los cabildos Indígenas de éste departamento, movimiento que después se extiende con diferentes nombres a otras regiones como el Tolima, Antioquia, La Sierra Nevada, Caldas, Valle y Chocó entre otros. Era la época del surgimiento y auge del movimiento Campesino liderado por la Asociación Nacional de usuarios Campesinos, A. N. U. C. Pero también de la dinamización de las luchas obreras populares y de los movimientos insurgentes, como consecuencia de la apertura democrática que conllevó la implantación del Frente Nacional o la alternación durante veinte años a partir de 1958 de los partidos tradicionales, Liberal y Conservador, así como la participación partidaria en los principales cargos ejecutivos y adminisirativos del país, excluyendo lógicamente cualquier otro partido o movimiento. Esta época sucedió al periodo de la violencia que desde 1936 libraron los dos partidos tradicionales en su lucha por el poder, dejando como consecuencia, más de 300 mil muertos, en una guerra fraticida que no tiene antecedentes en la historia de América. Este período de violencia tuvo una etapa de transición cuando las clases en el poder deciden poner límite a la violencia por ellos iniciada y que se les estaba yendo en contra debido al surgimiento de movimientos populares e insurgentes que atentaban contra el estado oligárquico. Esta tarea se la encomendaron al gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla, quien siguió las tendencias populistas que para aquella época tenían auge en América Latina. Este gobierno populista generó ampliar simpatías que amenazaron con terminar la hegemonía Liberal y Conservadora. Es a partir de éste Gobierno populista donde otras fuerzas políticas y sociales empiezan a irrumpir con fuerza en el país; fuerzas que se consolidan con el Frente Nacional. Surgen movimientos políticos de izquierda, se fortalece la insurgencia armada en el campo y posteriormente en las ciudades y sobre todo aparecen miles de organizaciones entre sindicales, sociales, campesinas e indígenas. Sin embargo, todavía es muy marcada la importancia de los partidos como indiscutibles timoneles de la vida política y social del país y la toma del poder por las armas. El país se polariza entonces, entre izquierda y derecha. El movimiento Indígena aunque ubicado en la izquierda, mantiene prudente disiancia ideológica tratando de aportar elementos que demostraran en primer lugar la importancia de las luchas sociales y gremiales como fundamento para obtener y consolidar el poder popular y en segunda instancia la crítica al militarismo que obstruye el normal desarrollo de las organizaciones sociales y asumen en forma paternalista, la responsabilidad de las luchas reivindicativas de las masas postergándolas hasta la toma del poder. La crisis de la izquierda y los partidos tradicionales así como el resquebrajamiento de los valores tradicionales de la sociedad Colombiana agudizados por la irrupción del narcotráfico, el terrorismo, el paramilitarismo y el sicariato, traen como consecuencia la pérdida de confianza y crisis de legitimidad de los partidos tradicionales y de izquierda. Crisis que busca resolverse con los procesos de paz y la promulgación de una nueva constitución para tratar de impedir el desmorone de un estado caduco y vacilante. Es donde la sociedad civil, las organizaciones sociales y el nuevo humanismo tratan de reivindicar los nuevos conceptos de poder y ejercicios políticos en los que participación, derechos humanos, paz, desarrollo, tolerancia, defensa de la ecología, del medio ambiente, y unidad con base en la diversidad étnica y cultural, sean los elementos para un modelo alternativo. Es este pensamiento en el que se inscribe la Alianza Social Indígena.
PROPUESTA
La ASI surge porque considera que la alternativa política popular en el país debe surgir de la convergencia de movimientos sociales y políticos; que propuestas en este sentido existen, pero que es necesario que en esta búsqueda, exista un Movimiento que valore y propenda por la participación necesaria de los movimientos sociales y exija su respeto.
La ASI surge cercana a de las luchas indígenas, pero responde a una problemática mas amplia y en ese sentido es una propuesta desde lo popular y pretende actuar en el campo de la búsqueda de una alternativa de poder.
La ASI rescata elementos que considera importantes en la historia de los movimientos sociales y cívicos de nuestro país, y con ellos conforma las ideas que guían su actuar político:
A. Construcción de una Nación donde sea elemento básico la diversidad cultural y el respeto a la diferencia.
B. Pluralismo y democracia desde lo local y desde las bases, hasta la estructura del estado.
C. Autonomía de las organizaciones sociales y locales en la definición de su forma de vida.
D. Posibilidad de formas de economía diversas en coexistencia dentro de un modelo mixto y que garantice el desarrollo sostenido
PROYECTO
La ASI no pretende convertirse en el eje del cambio económico, político, social y cultural que nuestra sociedad requiere.
Aspira sí, a aportar a la conformación de un proyecto alternativo, del cual existen ya muchos elementos en la historia reciente del país, pero que es necesario potenciar con la contribución de las fuerzas mayoristas de nuestra sociedad.
No se trata de un proyecto exclusivamente político. Los sectores étnicos, sociales, regionales, entre otros tendrán mucho que aportar a este proyecto, que necesariamente será democrático y pluralista, sin sectores hegemónicos a su interior.
Consideramos que el proyecto alternativo ya esta en marcha y la ASI enmarcará sus actividades dentro de esa visión.
http://www.asicolombia.com/propuesta.html
http://www.asicolombia.com/proyecto.html
La información presentada a continuación corresponde a las actividades del partido o bancada como colectividad, mas no las de sus integrantes.
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Noviembre 03 de 2009
Ver votaciónChaparral, Tolima
jun. 1, 1991
5106523-7017360