La Reforma Política de 2003 determinó que los partidos tendrían la posibilidad de presentar listas cerradas o abiertas. En el primer caso, los partidos tienen el monopolio para decidir quién hace parte de la lista y cuál es el orden de los candidatos dentro de la misma. En las listas abiertas, el partido mantiene el monopolio para determinar quién puede ingresar a la lista, pero los electores cuentan con la opción de ejercer el voto preferente.
El voto preferente es un mecanismo que permite al ciudadano ordenar la posición de los candidatos dentro de la lista de acuerdo a sus preferencias. A pesar de que la Reforma Política de 2003 determina que los partidos y movimientos políticos sólo podrán presentar una lista por cada elección en la que participan, esto no le confiere todo el protagonismo a las colectividades. La figura del voto preferente significa que el partido tiene el monopolio para determinar quién pertenece a la lista pero no para asignar un orden jerárquico entre los candidatos; ésta función de ordenamiento de preferencias es ejercida por el elector.
La implicación de este mecanismo en los procesos electorales se refiere al hecho de que el candidato que mayor cantidad de votos preferentes obtenga dentro de su lista ocupará el primer renglón de ésta, el segundo se ubicará en la segunda línea, y así sucesivamente.
Es fundamental tener en cuenta que el voto preferente no es obligatorio en dos sentidos:
En primer lugar, cada partido o movimiento político tiene la facultad para decidir si presenta una lista cerrada o una lista abierta con voto preferente.
En segundo lugar, aún cuando los partidos o movimientos decidan presentar una lista con voto preferente, el elector puede escoger entre votar por un candidato o sufragar únicamente por el partido o movimiento político de la lista. En este último caso (que el elector marque la lista, pero no señale ningún candidato en particular), para efectos del umbral y de asignación de curules, el voto se computará a favor del partido o movimiento político, pero no incidirá en el orden de los candidatos.
Aun cuando el voto preferente es un mecanismo que le da a los electores la posibilidad de escoger al candidato de sus preferencias, ha sido criticado por cuatro razones. La primera, porque al ser opcional, es decir al depender de si cada partido o movimiento político decide utilizarlo o no, puede convertirse en un factor de confusión para los electores. La segunda, porque crea incentivos para que los candidatos desarrollen campañas personalistas, lo cual puede ir en contra de la intención de disciplinar y fortalecer las organizaciones partidistas. Y la tercera, porque es posible que los votos preferentes de una minoría determinen el orden de la lista, contrariando la voluntad de una mayoría que, al votar únicamente por la lista, acoge el orden inicialmente propuesto por el partido o movimiento político.
Haga click en ejemplo para ver un proceso electoral en el que se aplica el mecanismo de voto preferente.