Lunes, 04 de Marzo de 2013 

Por Carlos Augusto Rojas Ortiz 

Lo dijimos desde el año anterior, lo ratificamos hace ocho días y los reafirmamos hoy: La movilización cafetera no es un movimiento cualquiera y el Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos tiene que poner atención.

Hoy, cuando miles de campesinos completan ocho días en las carreteras nacionales, el país ha podido darse cuenta de que la problemática no se circunscribe a la exigencia de un mejor precio para el producto, sino que la situación de abandono en que se encentra el campo colombiano amerita un mejor tratamiento por parte del Gobierno Nacional.

Cómo la han dicho y reiterado a lo largo del país los campesinos, ellos no están en la vías por que les guste o estén acostumbrados a dejar sus parcelas abandonadas y salir a hacer manifestaciones en contra o a favor de alguien, sufriendo las inclemencias como el frio y la lluvia o durmiendo en precarias condiciones como les ha tocado durante toda esta semana. Los ha movido es la angustia, la desesperación y la necesidad de que su actividad les brinde los medios necesarios para vivir dignamente con sus familias.

Pretender ignorar el movimiento y el liderazgo de quienes se mantienen en la protesta ha sido un grave error del gobierno y lo ha demostrado el desconocimiento del arreglo a que llegaron el sábado los ministros y el Comité Nacional de Cafeteros por parte de los labriegos.

Lo han repetido hasta la saciedad que no se sienten representados los cafeteros de base en ese comité, porque sus miembros tan pronto fueron elegidos se olvidaron de su procedencia y se acomodaron muy fácil y no gratuitamente al lado del gobierno para oponerse a las propuestas e iniciativas que llegan desde las regiones productoras.

Los productores han reconocido su error y hoy, por lo menos en el Huila, desconocen por completo a su representante, el médico Fernando Castro Polanía, quien lo único que tiene de cafetero es que le gusta tomar café entre consulta y consulta o en las tertulias con su amigos más cercanos, que por supuesto no son los campesinos cafeteros del departamento, o la presencia del Presidente de la Federación Nacional de Cafeteros, que devenga salarios comparables (12) doce veces con el valor que tiene en el mercado de pueblo, una carga de café.

Como ha sido nuestra posición de siempre, ratificamos que no estamos de acuerdo con las vías de hecho, pues éstas traen consecuencias no deseadas y afectan a muchos de nuestros ciudadanos que no deberían sufrir las secuelas de este tipo de manifestaciones. El bloqueo de las vías restringe las libertades de muchos colombianos, afecta la dinámica de otras actividades como el transporte, el comercio e inclusive pone en peligro las vidas de las personas que no pueden recibir la atención médica oportuna por razones del cerco en las carretas.

El gobierno ha puesto sobre la mesa una propuesta que no es nueva para él, la cual consiste en entregarle al gremio productor la tercera parte del punto adicional del CREE, (Contribución a la Renta para la Equidad), que en la pasada reforma tributaria por iniciativa del Congreso fue aprobada, (parágrafo transitorio Art 24 Ley 1527-2012. “Para los periodos gravables 2013, 2014 y 2015 el punto adicional de que trata el parágrafo transitorio del artículo 24, se distribuirá así: cuarenta por ciento (40%) para financiar las Instituciones de educación superior públicas, treinta por ciento (30%) para la nivelación de la UPC del régimen subsidiado en salud, y treinta por ciento (30%) para la inversión social en el sector agropecuario. Los recursos de qué trata este parágrafo serán presupuestados en la sección del Ministerio de Hacienda y Crédito Público y transferidos a las entidades ejecutoras”, sic…) Nuestra propuesta de entonces era que se destinara en su totalidad el punto adicional para el sector agrícola del país, pero la arrogancia del Gobierno apoyada por las mayorías en el Congreso, hizo que este punto se dividiera además para los sectores de salud y educación.

Con esa tercera parte del punto en mención es que el gobierno propone entregar el incentivo de entre 90 mil y 115 mil pesos según el área cultivada para los cafeteros, lo cual resuelve solo en parte uno de los seis puntos que reclaman los campesinos cafeteros del país.

La solicitud contundente que le hacemos al señor presiente Juan Manuel Santos es que tenga la humildad y la grandeza de sentarse al diálogo con los campesinos para convencerlos con propuestas de solución de desalojar las vías y permitir la libre movilidad por todo el territorio nacional, pero entregando respuestas ciertas de las peticiones y no tener solamente como alternativa el uso de la fuerza, que no por ser legal y constitucional, es la más conveniente, pues los campesinos por reivindicar sus derechos y justas aspiraciones, no pueden ser criminalizados de manera general.

Comprendemos que es una encrucijada muy difícil la que enfrenta el Señor Presidente, pues de un lado están los intereses legítimos de los pequeños productores de café del país y por el otro los derechos superiores de los colombianos a la libre movilización, la salud, la alimentación y la libertad. Sin contar que es un hecho cierto que el paro ha sido infiltrado por terroristas de las Farc que no solo han obligado a muchos campesinos a salir a los sitios de concentración, sino que han llegado hasta esos lugares para agitar y aprovechar la situación para sus oscuros propósitos de terrorismo y anarquismo.

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