CARTA ABIERTA AL:
Doctor Juan Manuel Santos, Presidente de la República.
Doctor Luis Eduardo Montealegre, Fiscal General de la Nación.
Doctor Alejandro Ordóñez Maldonado, Procurador General de la Nación.
Doctor Jorge Otálora Gómez, Defensor del Pueblo.
Senadores y Representantes Congreso de la República.
Medios de Comunicación
Como la mayoría de los colombianos, estoy preocupado por las muertes que causan los conductores embriagados, pero también temeroso de que este rechazo social contra los irresponsables al volante termine enfriándose sin que tomemos medidas serias y eficientes para disminuir, ojala evitar completamente, estas muertes absurdas y el dolor de las familias.
La discusión sobre las medidas para disminuir este tipo de accidentalidad es bienvenida: se han propuesto, de una parte, campañas educativas en las escuelas, colegios y universidades y mayores controles de las autoridades de tránsito para inmovilizar los vehículos manejados por las personas embriagadas. De otra parte, fuertes sanciones penales (cárcel) y /o económicas (multas, extinción de dominio del automotor), pasando por supuesto por la cancelación definitiva de la licencia de conducción.
No voy a referirme a estas medidas, que considero deben estudiarse y ponderarse y que de alguna manera contribuyen al propósito de disminuir esta accidentalidad. Solo quiero llamar la atención que las mismas se centran temporalmente en un “antes” (prevención) y un después (sanción) del accidente, sin tener en cuenta el momento en el cual el borracho decide encender su vehículo. Si centramos nuestra atención en este momento nos daremos cuenta que gran parte de la solución es tecnológica, y pasa porque los fabricantes de vehículos incorporen en estos un dispositivo electrónico que lea el grado de alcohol de quien se dispone a manejar el vehículo y que no permita que se encienda en caso de que la lectura sea positiva, es decir, que rastree un nivel mínimo de embriaguez. Igual dispositivo podría intentarse para detectar consumo de alucinógenos.
Este dispositivo no es ciencia ficción. Los dispositivos para medir el grado de alcohol en la sangre son de uso común. Muchos vehículos tienen ya dispositivos que impiden el encendido o puesta en marcha de los vehículos (puertas abiertas, no ajustarse el cinturón). Falta integrar aquellos a los comandos electrónicos de los vehículos para bloquear el arranque. En este sentido, es copiosa la información en Internet de las investigaciones que se están haciendo en Europa y en los Estados Unidos para construir estos dispositivos, denominados "Sistemas de Detección del Alcohol en el Conductor para Mayor Seguridad".[1]
Esta solución deberá ir acompañada de incentivos para que nuestras universidades desarrollen o contribuyan a esta investigación, y debería ser un programa bandera de COLCIENCIAS. Sería un orgullo para todos los colombianos que pudiéramos desarrollar esta tecnología.
Debería incentivarse vía tributaria a la industria automotriz que produzca estos vehículos (de todo tipo, incluyendo motocicletas), y también a los usuarios tanto del servicio público como del servicio particular.
En fin, de lo que se trata al final, es que exista una política pública coherente y exhaustiva que permita disminuir a cero los índices de accidentalidad por el consumo de alcohol y de alucinógenos.
ROOSVELT RODRÍGUEZ RENGIFO
Representante a la Cámara
Valle del Cauca