Por: ANGEL ALIRIO MORENO MATEUS*

 

La manifestación constante en los procesos penales y disciplinarios de algunos servidores públicos es “yo delegué” rayando en tamaña equivocación, porque el hecho de delegar la función, no implica que no deba responder por las acciones u omisiones en que incurra el delegatario.

El servidor público cuando asume, hace una manifestación jurada de comprometerse a cumplir la Constitución, la Ley, las Ordenanzas, Acuerdos y reglamentos, a cuyo imperio estará sometido en ejercicio de su función. No es la administración de los propios recursos, ni de su empresa personal; el servidor público, es aquel que al aceptar y tomar posesión, se coloca al servicio del interés general y debe deponer todo interés individual y de orden privado, interpretando con claridad que cualquier acción que atente contra ese interés general y publico, tendrá serias sanciones que van desde la anotación en la hoja de vida hasta la destitución y la prohibición de volver al sector publico por un lapso determinado.

Cuando se está administrando lo personal, lo privado, lo que no corresponde a la órbita de lo público, y se es irresponsable, la sanción puede ser la quiebra y si afecta interés del núcleo familiar la interdicción por dilapidador o mentecato. Hay veces que vemos a algunas personas avanzar en lo público y administrarlo con tanta probidad, que pasan su vida pública sin una sola anotación en su hoja de vida. Pero hay algunas ocasiones, en las que hemos podido observar que llegan servidores públicos, convencidos de haber comprado el cargo y creen con ello que tienen el derecho de repartirlo entre amigotes y bufones, que al oído les dicen, lo bonito que habla el pueblo de sus hechos y acciones.

Ojala los acontecimientos no sirvan de ejemplo, para determinar futuros comportamientos de gobernantes y demás funcionarios públicos que se niegan a entender que en Colombia, las cosas vienen cambiando y que hay ojos que nos están observando y no dudaran en silencio denunciar para que no se siga utilizando lo público, como si fuera de canasta propia o de bolsillo.

Pero además, que la equivocación de continuar pensando que al delegar no se responde, debe desaparecer del inconsciente de nuestros funcionarios, y se convenzan, que el servidor público en aquel que sirve a todos y no a un circulo que le celebra todos su desaciertos, porque mientras estos salen a mostrar lo que se hurtan, los órganos de control ven y escuchan a aquellos ciudadanos que se fastidian con tanta desfachatez con que hablan esos pillos.

 

*Presidente del Partido de Integración Nacional (PIN)