El pasado 7 de agosto se dio a conocer mediante un comunicado de Prensa el reconocimiento que Colombia hace a Palestina como “un Estado libre, independiente y soberano”. Acto administrativo, sorpresivo e inesperado para todos los colombianos por la manera como el expresidente Juan Manuel Santos lo hizo, pues fue un día antes de terminar su mandato.
Hay varios aspectos que despiertan serias dudas acerca de la validez de la declaratoria. En primer lugar, habría que preguntarse si la autoridad Palestina cumple con la totalidad de los requisitos establecidos en la Convención de Montevideo sobre Derechos y Deberes de los Estados toda vez que no existe un Gobierno único.
Por un lado, la Franja de Gaza está bajo el dominio de Hamás y por el otro, el territorio de Cisjordania bajo la Autoridad Nacional Palestina. Le compete al presidente Duque y al Canciller analizar si estamos obrando dentro del marco del artículo primero de dicha convención.
Adicionalmente, la comunidad internacional ha reconocido al grupo Hamás como terrorista, condición con la cual estaríamos quebrantando el principio internacional del Ius Cogen el cual se refiere al mantenimiento de la Paz.
Es así, que atendiendo el Gobierno de Colombia los criterios para el reconocimiento de un Estado, no debió darse la nota diplomática. Vale la pena resaltar las palabras de Hans Kelsen “Un Estado viola el derecho internacional y por ende infringe los derechos de otros Estados sí reconoce como Estado a una comunidad que no cumple con los requisitos de derecho internacional[1]” .
En segundo lugar, Israel y la Organización para la Liberación Palestina se han reunido en múltiples ocasiones para negociar un acuerdo de paz, los cuales se han cumplido parcialmente incluyendo la entrega de los territorios de Gaza y Cisjordania por Israel.
Es necesario resaltar que el éxito de las relaciones internacionales implica coherencia, lo que me lleva a concluir que no es clara la decisión del expresidente Santos frente a su declaración en el mes de abril del presente año en la conmemoración de los 70 años del Estado de Israel cuando afirmó “Nos han presionado mucho para que reconozcamos a Palestina. No lo he hecho porque eso debe ser producto de un acuerdo de paz con Israel[2]”.
En tercer lugar, este acto no siguió el protocolo que se aplica para estos casos. Es la Cancillería de Colombia quien debe dar a conocer la nota diplomática tanto a los colombianos como al Estado de Israel y no a través de un comunicado de la embajada de Palestina.
Por último, considero que este conflicto llegará a su final en la medida que la Comunidad Palestina, reconozca y respete al Estado libre, soberano e independiente Israelí, así como el Estado de Israel ha manifestado su intención de reconocer un territorio, un gobierno y un estado a la Comunidad palestina.
Quiero hacer un llamado a que como legisladores asumamos una posición coherente y acorde con los acuerdos internacionales que hemos suscrito como Nación, así como con la relación diplomática que hemos mantenido con Israel, un Estado que ha respetado la normativa y que ha sido de gran apoyo y respaldo para el pueblo colombiano, situación que no debe pasarse por alto.