“Hay que replantear el modelo de Estado que tenemos en Colombia, al tipo de sociedad que queremos y la que dejaremos a generaciones futuras”
Bogotá D.C., mayo 4 de 2016. La magnitud de las irregularidades que se han ido descubriendo en el caso Reficar, y las cifras tan altas de pobreza en nuestro país, nos tiene que empujar como hombres de nuestro tiempo a pensar en un nuevo tipo de Estado, hay que repensar un nuevo diseño y la responsabilidad nos compete a todos como sociedad. A continuación los puntos principales que destacamos para este debate:
- Estructuración del negocio. Responsabilidad en la selección de GLENCORE
Con el soporte de firmas consultoras como la Unión Temporal ABN Sumatoria y el apoyo técnico de Technip Italia se hizo la estructuración financiera del proyecto de la refinería, dejando a un lado el criterio de experiencia y capacidad técnica en proyectos de alta ingeniería en refinación de hidrocarburos.
- Criterios de selección de CBI como contratista único del proyecto Reficar.
Con fundamento en esos términos de selección se presentaron solamente dos ofertas, una de Petrobras, por un valor de 595 millones de dólares, y Glencore con una de 630 millones, siendo ésta la única firma que cumple los criterios precalificados por las consultoras ya que ellas recomendaban un precio mínimo de 615 millones de dólares. Lo anterior permite identificar que el criterio de selección no fue técnico sino financiero.
- Retiro de Glencore como socio mayoritario de Reficar
El contrato con CBI se firma en 2007, época en la que Glencore ostentaba la mayoría en la sociedad Reficar. Por lo tanto los criterios de selección no tuvieron en cuenta la experiencia en ese tipo de proyectos y la capacidad de ejecución del proyecto. De hecho, la firma Technip que presentó oferta con CBI tenía una mayor información en procesos de refinación y experiencia en construcción de refinerías y proyectos del sector energético
- Sobrecostos laborales
Ecopetrol al convertirse único propietario de Reficar asumió todas las responsabilidades del proyecto y tuvo que realizar un nuevo diseño y plan estratégico que se ajustara a sus nuevas realidades. Lo que exigió una mayor inversión desde el 2009 hasta su terminación, generando sobrecostos en el contrato de ingeniería, en la productividad laboral, pasando de un presupuesto base de 3.993 millones de dólares, a un presupuesto actual de 8.016 millones de dólares.
Nos corresponde como Parlamento una labor de repensar instituciones como Ecopetrol, replantear el modelo de Estado que tenemos en Colombia, al tipo de sociedad que queremos y que le dejaremos a generaciones futuras.