Bogotá D.C.-Importantes cambios se están suscitando en el mundo de hoy. Procesos que vislumbran mayores desafíos para la vida política y para los que hemos hecho de ella, una vocación y una práctica cotidiana.

En específico, Colombia entra en una nueva etapa, cuando se logre la tan anhelada Paz y podamos ser un solo país, comprometidos  en un proceso ambicioso como es el del Postconflicto.

La Colombia del Postconflicto convoca lo mejor de cada uno de sus ciudadanos, porque todos y cada uno tenemos que aportar para que la Paz sea una realidad, ya que la reconciliación nacional depende de acciones tangibles.

Los Liberales tenemos un compromiso supremo; asumir el papel histórico de los hombres que creen en la Libertad, la Inclusión, la Democracia y la Justicia Social. Y ese no es sólo un territorio de las ideas. Es un espacio donde convergen las realidades sociopolíticas de una nación que aún es una geografía humana excluyente, minoritariamente próspera y con desigualdades a la vista.

Por ello, la nueva generación de Liberales tiene que desarrollar un Liderazgo auténtico. Pero un Liderazgo con visión de futuro y con la suficiente capacidad de misión para llevar a Colombia a ser una nación autosuficiente, preparada, incluyente y con un sólido respeto de los DDHH.

Construir una nación excelente exige ciudadanos, comunidades y líderes integrados a un mundo cada vez más globalizado. Políticos no sólo con poder de convocatoria, sino que tengan la capacidad de trabajar la complejidad de los nuevos conflictos y la hidalguía de generar diálogos más convergentes con respeto al disenso de las minorías.

 sobre todo, hombres y mujeres con sentido de pertenencia y de inclusión. Porque no es ser Presidente, es integrar equipos de personas que trabajen con objetivos claros, es estimular la búsqueda de las mejores alternativas, es prodigar espacios para el dialogo y la confrontación necesarias.

Como liberal siento que líderes como Juan Fernando Cristo, Luis Fernando Velasco, Simón Gaviria, diferentes esferas y destinos públicos, entre otros, construirán los caminos de una Democracia Pluralista, más humana, menos excluyente, más moderna y son desde ya, la opción que Colombia tiene para su futuro cercano.