Columna de opinión de la representante Flora Perdomo.

Lograr la equidad alimentaria en el país, es uno de los propósitos que el pleno del Congreso de la República  se ha trazado. Sabemos que no es una tarea fácil, pues ello además de comprometer  recursos, compromete la voluntad de las instituciones públicas y privadas, así como  de un cambio de mentalidad en el general de los colombianos.


La Seguridad Alimentaria Nacional según el documento Conpes, se refiere a la disponibilidad suficiente y estable de alimentos, el acceso y el consumo oportuno y permanente de los mismos en cantidad, calidad e inocuidad por parte de todas las personas, bajo condiciones que permitan su adecuada utilización biológica, para llevar una vida saludable y activa. La Constitución Política de Colombia establece el derecho a la alimentación equilibrada como un derecho fundamental de los niños y en cuanto a la oferta y la producción agrícola se establecen los deberes del Estado en esta materia. La Cumbre Mundial Sobre Alimentación renovó el compromiso de eliminar el hambre y la malnutrición y garantizar la seguridad alimentaria sostenible para toda la población.

Las cifras nos demuestran todos los días que las políticas públicas en esta materia son absolutamente necesarias, esto con la idea de poder contribuir a dar por terminado esos dramas humanos que a diario registran los medios de comunicación en los que se reportan muertes de niños por pura y física hambre. En el caso del Huila, aunque la situación no es tan dramática, hay zonas como Villavieja, Baraya, Tello y zonas subnormales de la capital, donde las condiciones de desarrollo de los más pequeños son precarias y si no se hace algo pronto, más temprano que tarde, empezaremos a lamentar y rasgarnos las vestiduras por no actuar a tiempo. Ojalá este proyecto se dinamice y logre los objetivos sociales que tanto requieren nuestras comunidades.

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