Ad portas de concluir casi cuatro años de negociaciones entre el Gobierno nacional y las FARC-EP, mientras se anuncia a través de distintos medios de comunicación y funcionarios que ha llegado la paz al país, el Chocó enfrenta una difícil situación de orden público. Hace una semana, en zonas rurales del litoral de San Juan, Río Iró, Lloró y Nuquí, se dio inicio a una serie de enfrentamientos entre el Clan del Golfo (Autodefensas Gaitanistas) y los frentes Cacique Calarcá y Resistencia Cimarrón del ELN. Tales combates, han dejado hasta el momento tres personas muertas, ciento veintiséis familias, que permanecen confinadas por prohibiciones de la guerrilla en el territorio y setenta y siete familias desplazadas hacia Yuto que gracias a una pronta atención por parte de la Fuerza Pública han retornado.

El río Atrato como ruta del narcotráfico y los recursos naturales explotables, hacen del territorio un lugar estratégico que se disputan diversos grupos al margen de la ley con el fin de establecer el control de la zona. Tras la pérdida de autoridad en el territorio por parte de las FARC, el Clan del Golfo y el ELN se han expandido en la región. Esto preocupa a las autoridades, pues los territorios a los que se han expandido resguardan población civil que podría estar en riesgo de presentarse enfrentamientos.

Esta situación me resulta preocupante, no sólo por la difícil situación que han tenido que pasar estos últimos días los habitantes de las zonas afectadas; sino también por el anuncio de las delegaciones de paz de establecer un campamento en el municipio de Riosucio que fue objeto de revisión el día 10 de agosto. El alcalde del municipio, Luis Enrique Mena, ha solicitado a la comisión visitante, que en el marco del posconflicto se construya un acueducto en esta localidad también afectada por el conflicto armado.

Extiendo el llamado a la comisión visitante y a las entidades competentes, a tener en cuenta la situación de orden público que atraviesa la región, también víctima del conflicto armado que no terminará con la firma de la paz con un grupo armado.