“La pobreza y el atraso del campo colombiano –en particular en el departamento de Nariño- no justifica la violencia, pero si la explican parcialmente, no sólo por la inconformidad que generan sino porque son sinónimo de ausencia del Estado y, por ende, de un campo abierto para acciones al margen de la ley. El tema, es que hay que blindar el posconflicto, alrededor la amenza de la violencia”.

Así lo señaló el Representante a la Cámara por el departamento de Nariño Gilberto Bentacourt, tra recordar que por década el estado privilegió el desarrollo de las ciudades a costa de la inversión que nunca llegó en el campo colombiano, generando una brecha de infraestructura básica que hoy tiene el sector rural, postrado en su pobreza y sin condiciones que faciliten la inversión, con el propósito de generar desarrollo y bienestar.

“Por ejemplo, en el caso de Bogotá, se piensa en invertir millones de dólares para trasformar el sistema de trasporte público  -una necesidad que reclaman los capitalinos- en el caso de Nariño no se dispone ni siquiera de una trocha sin pavimentar para sacar los productos al mercado. “La infraestructura eléctrica de comunicaciones y de agua potable es tremendamente deficitaria, sin hablar de la infraestructura social en vivienda, educación, recreación y seguridad social”, dijo

En palabras del Representante a la Cámara Gilberto Betancourt, es urgente que una ez se firme el acuerdo final de La Habana, el Estado edifique una estrategia integral para cancelar la deuda contraída con el campo, con el fin de aclimatar las condiciones propicias para la inversión privada, la generación de empleo y la modernización de la educación, interpretando las necesidades del sector en cada región del país. “No es lo mismo, construir una política pública en el Valle, Huila o Meta, frente a un departamento fronterizo como Nariño”, sentenció

“La paz tiene futuro en Colombia. Existe una hoja de ruta que se adelanta desde hace más de 3 años en La Habana. El reto es pagar la deuda social con  el campo, darle el protagonismo que se merece en el siglo XXI. Porque está en juego la seguridad alimentaria, bajo la defensa del medio ambiente”, manifestó el legislador del departamento de Nariño