Publicado en KienyKe, el 6 de febrero de 2015.
Una vez el país se enteró de la decisión de la Corte Constitucional de permitir el regreso de la fiesta brava a Bogotá, opositores de las corridas reaccionaron proponiendo una consulta popular sobre dicho tema. La propuesta es válida y merece algunas reflexiones que deben trascender el tema taurino.
Una de las más fuertes críticas que recibe la Corte Constitucional es que legisla por medio de sus sentencias sin tener representación de la ciudadanía. Crítica que no carece de razón puesto que lo que no logra el Congreso de la República frente a temas sensibles, lo soluciona la Corte a través de sentencias que afectan a la sociedad entera y que tienen poca o nula discusión pública.
Volviendo al caso de la consulta taurina, y teniendo en cuenta que el país está esperando la decisión frente al fallo de la Corte sobre la adopción por parte de parejas del mismo sexo, considero que si hoy hay un tema que requiere una consulta popular -además de la negociación con las FARC- es el de la adopción de parejas del mismo sexo.
La decisión del conjuez que solucionará el empate de los magistrados de la Corte Constitucional frente al tema de la adopción gay, puede cambiar -en la norma- el concepto de familia aceptado y vivido por la mayoría de los colombianos. La decisión que hoy está en manos de una persona puede trastocar los cimientos de la institución primera de la sociedad; la familia.
Teniendo en cuenta lo anterior, vale la pena preguntar si un tema de poca trascendencia nacional que afecta a una minoría como el de permitir corridas o no en la capital del país es propuesto para ser llevado a una consulta popular, ¿no será inmensamente más importante y trascendental preguntar a los colombianos si quieren cambiar el concepto de familia al aceptar o negar la adopción por parte de parejas del mismo sexo?
Lo importante debe ir primero, la modificación -en la norma- de la institución fundamental de la sociedad merece muchísimo más debate del que pueden dar los honorables magistrados de la Corte Constitucional. En este deben participar todas las organizaciones de la sociedad y por supuesto la comunidad en general, y para hacerlo nada mejor que una consulta popular en donde se pregunte a los colombianos por este tema fundamental que debe estar en las manos de la ciudadanía y no exclusivamente de un juez.
Post Scriptum: David Zuluaga es un hombre culto, inteligente y decente. Creo en él.