El Miraísmo es una nueva cultura política basada en valores y principios que orientan el pensamiento del ser humano y guían su comportamiento de manera virtuosa. La Solidaridad, la Justicia, la Integridad, la Lealtad, son valores que apuntalan el buen ejemplo y la disposición de servicio a los demás, en una constante labor hacia la mejora del individuo y la construcción de una sociedad más armónica, priorizando el bien común.
Estas consideraciones abonan el camino del pensamiento político de Renovación Absoluta del ser, lo que llevado a la práctica, constituye el Miraísmo.
El Miraísmo es una forma de comprender la realidad haciendo evidente los desarreglos e injusticias que afectan a las poblaciones más vulnerables, y que limitan sus oportunidades de bienestar, crecimiento y desarrollo. Ante las injusticias e inequidades, el Miraísmo propone la transformación de dicha realidad mejorando las condiciones materiales, espirituales y psicológicas del individuo con el propósito de alcanzar una sociedad más armónica.
Por tanto, para lograr dicha transformación en lo social y político, es necesario que el individuo esté constituido de principios y valores innegociables, para actuar correctamente, tenga presente a los demás y de siempre buen ejemplo. De ahí, la Renovación Constante del individuo para un mejor bienestar de la sociedad.
Estos principios del Miraísmo se convierten en fundamentos de una verdadera política que se vivencian en la normalidad y cotidianidad de la vida, se expresan en lo colectivo con naturalidad, como si no se hiciera política, pero en verdad esa es la verdadera política, porque es una forma de vida, una manera de formar ciudadanos, es una ejemplar representación de los principios y valores del Movimiento en lo público.
Puesto que el Miraísmo se ejerce y se vive en lo individual y lo colectivo, en los espacios políticos se manifiesta el acceso y ejercicio honesto, eficaz y eficiente de las responsabilidades asignadas por la sociedad, de una manera consensuada con los ciudadanos para que los miembros de la comunidad logren su propósito de vida.
Ello implica la construcción y visibilización de espacios comunitarios y sociales para el intercambio de argumentos, la toma de decisiones colectivas y la resolución de conflictos, el diálogo y la cooperación entre la sociedad civil, la industria (mercados) y las instituciones estatales, para la elaboración e implementación de propuestas que busquen el bienestar de todos.
El Miraísmo trabaja por una sociedad con fundamentos éticos, donde se generen oportunidades equitativas para el ejercicio pleno de la ciudadanía, y el desarrollo de las capacidades personales y sociales. En ese proceso prioriza la defensa de los derechos, las poblaciones pobres y vulnerables y los territorios. La orientación de MIRA es, por tanto, la de servir a la humanidad desde los espacios de ejercicio de lo público.
Más que una ideología política que responda a criterios de la ciencia política conocida, MIRA es una nueva cultura orientada a hacer bien la política mediante nuevas prácticas y costumbres del buen sentido de servir y gobernar en lo público. Sin embargo, hay que resaltar que la naturaleza valórica del movimiento y sus propósitos, refuerzan la idea de que MIRA no nació para buscar, en sí mismo el poder burocrático, ni usufructuar los recursos de lo público, ni entrar en los gajes clientelistas, ni en las negociaciones contratistas.
Esta es una diferencia sustancial que muchas veces no es entendida por las personas y analistas de la política y de los partidos políticos, puesto que entran a estudiar al movimiento con los modos y las categorías de análisis acostumbrados.
MIRA tiene como misión difundir el Miraísmo y por esto es un Movimiento social y político que desde la independencia y la libertad, trabaja por la renovación de las prácticas políticas. Al tomar conciencia ciudadana y participar de la esfera pública, el ciudadano ejerce la democracia y entabla elementos de gobernabilidad en su entorno, ampliando la esfera de lo público de lo local a lo nacional. Cada individuo Miraísta ejerce una representación del movimiento, es un embajador del pensamiento y del actuar transformador del mismo.
Estas francas diferencias del Miraísmo respecto a otras opciones políticas le ha valido un respeto que se evidencia en la creciente aceptación de sus propuestas. El pensamiento Miraísta considera la política como una actividad noble que permite el desprendimiento de la racionalidad individualista, hacia la dignificación de la existencia. Por tanto, difundir el Miraísmo es un sentir ante la vida, es reaccionar ante las injusticias y pensar en el otro.