Resulta evidente que el proceso de descomposición social tiene dentro de sus principales causas la desintegración propia de la estructura familiar, la cual deja a la deriva no solo las expectativas de los cónyuges en convivir y prestarse ayuda mutua, sino lo peor, el abandono por parte de uno de los padres de sus hijos, que posteriormente se tendrán que educar en un ambiente de soledad, pérdida de valores, inseguridad emocional y proclividad a adquirir conductas o comportamientos contrarios a los valores sociales necesarios en la conformación del individuo.