Las escuelas públicas, ya lo hemos dicho, hasta el momento no pueden inculcar ni inhibir la religión, pero este proyecto propende, porque se incluya dentro del pénsum, la enseñanza de la misma siempre que sea aceptada y escogida por los estudiantes.
Esta iniciativa no intenta forzar la práctica de la religión. Al contrario, respeta el derecho de la persona de practicarla o no, según sus creencias y de acuerdo como se lo dicte su conciencia. Todos somos iguales ante la ley, no hay discriminación.