La imposibilidad de reelección inmediata, unida a la existencia de períodos cortos, lo único que ha generado en los gobernantes es afán por dejar una impronta, o huella en su efímero paso por la administración, sin importar un impacto real y estratégico en la vida de los colombianos. Por ello, no es rara la euforia por el endeudamiento, la ausencia de megaproyectos, o el abandono de los iniciados por administraciones anteriores.