Tiene como única finalidad garantizar la protección eficaz del ecosistema que rodea los puertos marítimos y fluviales del indiscriminado número de autorizaciones que se han otorgado a través de las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), con motivaciones desviadas, ya que las empresas portuarias, para evadir la rigurosidad del Ministerio, solicitan licencias ambientales para proyectos pequeños, que son competencia de la CAR y, con el paso del tiempo van solicitando ampliaciones, que las Corporaciones Autónomas Regionales otorgan. Por tanto, es menester romper con la práctica acogida.