La competitividad se plantea como el gran reto y no se relaciona con las estrategias dirigidas a formar y adecuar el recurso humano necesario para lograr los grandes cambios económicos que se requieren. Este vacío es particularmente serio en el caso colombiano dadas las profundas desigualdades del país sumadas a una enorme pobreza, a la alta concentración de ingresos y al impacto del conflicto armado y del narcotráfico. Una premisa fundamental en este proceso de emprender la transformación productiva en que se encuentra involucrado el país, es construir en forma simultánea, la agenda de una verdadera transformación social que vaya mucho más allá de las estrategias asistenciales que dominan actualmente esta política pública.